sábado, 23 de junio de 2012

Testimonio de Leandro Sanchez, un humanista tucumano


Hace 35 años, en 1977, el genocida Antonio Domingo Bussi mandaba a pintar los tanques de agua de las casas tucumanas con los colores celeste y blanco. Construía un paredón en la ruta del aeropuerto para ocultar la pobreza y las villas miserias y “limpiaba” la ciudad de mendigos arrojándolos en el desierto catamarqueño. La dictadura militar, que había hecho desaparecer el cuerpo de Eva Perón, prohibía libros como El Principito y los retratos del Che Guevara, Juan Domingo Perón y Tupac Amaru eran considerado “material subversivo” y si los encontraban en las requisas domiciliarias los moradores eran sometidos a las más terribles torturas. Se prohibió la “Zamba de mi Esperanza” por el solo hecho de que la letra contenía la palabra “Esperanza”. Habían prohibido, por decreto, la esperanza.
Los militares, años antes habían mandado a tapar con pintura la palabra Silo pintada en una roca en Yala, cometido que no lograron y aún sigue allí la piedra y la pintada, porfiada,  en el lugar donde fueron apresados cientos de siloístas en lo que se conoció como la “Arenga Prohibida”.
Pasaron los años y en los tanques de agua del “Cantri Alto Comedero”, barrio edificado por la organización barrial Tupac Amaru, están pintadas, porfiadamente, como desafiantes, lo prohibido por los señores de la muerte. Los rostros de Eva Perón, el Che Guevara y Tupac Amaru anuncian un nuevo tiempo. En la réplica del templo de Kalasasaya los siloístas y tupaqueros se reúnen para hacer ceremonias conjuntas y la palabra “Esperanza” resurge desde el fondo de los tiempos. Todo lo que prohibió la muerte, hoy lo restituye la vida. Al decir de Silo, una voz potente recorre los pueblos de la América y ya nada podrá detenerla y esa voz se resume en un profundo agradecimiento. Un “Gracias Silo” recorre América y suena junto con el Jallalla indio poniendo de pie a miles de seres humanos. El 21 de junio de 2012, después de 5 años, volvió a salir el sol en la fiesta del Inti Raymi. El 21 de junio de 2012 comenzó, desde un pequeño lugar de la América , a resonar la voz de los pueblos. La Luz ha vuelto, la Esperanza se puso de pie.

Un abrazo a todos.
Estuvimos allí y humildemente creo que fue una jornada histórica.

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