viernes, 3 de mayo de 2013

Arrasando con el Borda: planificación, cinismo y atropello



Hubo un hecho que pasó casi desapercibido frente al fárrago de incongruencias, desatinos de funcionarios y sobre todo de imágenes tan elocuentes de lo que fue la toma por asalto de las instalaciones del hospital Borda -de un taller “protegido” (parece una ironía)- por parte del gobierno de Macri.



Me refiero al hecho de la primera conferencia de prensa realizada en la tarde del viernes 26 de abril que ensayaron algunos ministros macristas junto a la Vicejefa de Gobierno. Esta última en reemplazo del gran ausente Mauricio Macri, cuya presencia no tenía mucho sentido ya que difícilmente pudiera echarle la culpa de semejante tropelía al gobierno nacional. Y obviamente no estaba, como no está nunca, en condiciones de responder preguntas si no tiene quien le sople al oído o una prensa infame que lo proteja. A su vez esto último tampoco era posible, ya que uno de los brutalmente agredidos y esposados fue un reportero gráfico de sus habituales protectores.

Lo que voy a pasar a comentar es algo totalmente subjetivo (¿qué cosa no lo es?) que parte de la simple observación de la actitud que tenían en dicha conferencia Vidal (impávida), Larreta, Montenegro y Chaín.

La actitud del equipo de gobierno transmitía que nada de lo sucedido había sorprendido. Que nada se había ido de las manos. Todo lo contrario, se notaba que esta presencia ante el periodismo era un paso más de una planificación en la que todo estaba previsto: el asalto, la lógica reacción de repudio de los trabajadores atropellados y la consecuente represión. Finalmente salir a dar explicaciones.

Vidal dijo con total cinismo que la policía se defendió. No solo falsea los hechos sino que expresa con qué directivas se mueve la fuerza de seguridad porteña. Su rol no es justamente defenderse a sí misma. Solo pudo ser tomada la decisión partiendo de cabezas que conocen el accionar delictivo. Es de este modo que los delincuentes buscaron la hora más propicia para tomar por asalto el lugar (rompiendo un ingreso que no estaba habilitado) para supuestamente llevar a cabo una tarea de rutina como es hacer un inventario e iniciar una obra programada ¡Qué descaro!



Trescientos efectivos pertrechados como para una guerra con cascos, escudos, palos y escopetas (entre los elementos más visibles) indudablemente estaban destinados a otra cosa. El gobierno de Macri planificó deliberadamente el asalto. Esperó y encontró una veta judicial (de una Justicia que no hace falta modificar, dirían ellos), tal como los asaltantes esperan encontrar una puerta sin llave o una ventana que no cierra bien. Entonces el macrismo se filtró antes de que la veta se cerrara, intentando darle a su accionar una pátina de legalidad que obviamente no tiene. Creo que no hubo ningún exceso en la represión en el Borda, sino que hubo cumplimiento de estrictas órdenes. El gobierno de Macri no tiene autoridad moral ni la decisión política para sancionar un exceso ni una falta de cumplimiento de protocolos.

Ante toda esta situación vivida me interesaría escuchar qué dicen tantos “defensores de la paz y el diálogo”. Leáse la CGT moyanista, referentes de partidos políticos de la oposición. Quienes no repudien estos hechos enérgicamente terminaran siendo cómplices, por omisión.

La policía de Macri no tiene formación en perspectiva de derechos y por tanto en defensa de derechos humanos. No están en condiciones de integrar una fuerza de seguridad. Por lo que resulta ineludible e impostergable su desarticulación y la fundación de una nueva policía, en el marco de un plan de seguridad que contemple, entre otras cosas, el real y efectivo control por parte de los ciudadanos de la actividad policial. Los ciudadanos deben exigir intervenir en el diseño de las políticas de seguridad. Los foros desarrollados desde el Ministerio de Seguridad de la Nación son un buen ejemplo del cual partir.



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