Creo que no hubo ningún exceso en la represión en el Borda,
sino que se cumplieron estrictas órdenes. Encima el gobierno de Macri no tiene
autoridad moral ni la decisión política para sancionar un exceso ni una falta
de cumplimiento de protocolos.
Trescientos efectivos pertrechados como
para una guerra, con cascos, escudos, palos y escopetas, entre los elementos
más visibles, indudablemente estaban destinados a otra cosa. El gobierno de
Macri planificó deliberadamente el asalto. Esperó y encontró una veta judicial, tal como los asaltantes
esperan encontrar una puerta sin llave o una ventana que no cierra bien.
Entonces el macrismo se filtró antes de que la veta se cerrara, intentando
darle a su accionar una pátina de legalidad que obviamente no tiene.
La policía de Macri no tiene formación en
perspectiva de derechos y por tanto en defensa de derechos humanos. Sus
efectivos no están en condiciones de integrar una fuerza de seguridad. Por lo
que resulta ineludible e impostergable su desarticulación y la fundación de una
nueva policía, en el marco de un plan de seguridad que contemple, entre otras
cosas, el real y efectivo control de la actividad policial por parte de los
ciudadanos.
Los ciudadanos deben exigir intervenir en
el diseño de las políticas de seguridad. Los foros desarrollados desde el Ministerio de Seguridad de la Nación
son un buen ejemplo del cual partir.
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Fotos de nuestra visita al hospital Borda, donde asistimos un equipo de humanistas el viernes luego de la represión y hoy en la conferencia de Prensa
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