Ayer domingo pensaba dedicarme a la lectura, mientras esperaba que transcurriera la elección en Catamarca. Se esperaba y aspiraba que, aunque con escaso margen, Catamarca cambiara su historia y sobre todo se avizoraba el impacto político y psicológico que ello produciría al tratarse de la primera elección del año.
Un sacudón por la repentina enfermedad de mi amigo Cacho Cevey, me sacó de la apacible tarde.: querido Oscar, elevamos nuestro pedido por tu pronta recuperación!.
Llegó la noche y, como ya es costumbre en toda contienda electoral, los perdedores se adelantan a anunciar su “triunfo”. Tanto se les fue la mano que hasta hicieron viajar a los referentes nacionales para un festejo que nunca llegó.
Mientras tanto TN daba la noticia con sordina, ocupándose casi de modo excluyente a pasar todas las imágenes de la tragedia en Japón.
La elección fue un batacazo, y sin embargo no se advertía la habitual agitación de los noteros y periodistas cobertores de comicios, que suelen vivir minuto a minuto la emoción de los cómputos, esta vez se limitában a reconocer la tremenda derrota y ausencia de autocrítica de un gobierno que “después de 20 años” perdía una elección. Y con ello la mujer ganaba un nuevo espacio de responsabilidad y poder en Argentina.
Felicitaciones señora Gobernadora.
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