Ayer a las 14 Horas estuve presente en el Segundo Encuentro por la Memoria,Verdad y Justicia que se llevó a cabo en el Salón de Actos de la prestigiosa Escuela de Comercio "Carlos Pellegrini", y fue organizado por la Fundación Jóvenes por los Derechos Humanos.
En la misma participó el Rector Jorge Fornasari, el Vicerrector Raúl Juarez Roca, en Representación de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas Oreste Altamiranda, y el Presidente de la Fundación Jóvenes por los Derechos Humanos Gustavo Enrique Altieri.
Agradezco la oportunidad de poder trasmitir la posición del Humanismo sobre el tema de los Derechos Humanos.
Es bueno que sepan que la corriente de pensamiento denominada Nuevo Humanismo o Humanismo Universalista, fue desarrollada por un pensador argentino contemporáneo, Mario Luis Rodríguez Cobo, cuyo seudónimo literario es SILO, que además fundó a partir de ese pensamiento, un movimiento a nivel mundial el Movimiento Humanista.
Posiblemente hayan escuchado hablar de este pensador, y si no es una buena oportunidad para plantearle a sus docentes la investigación y discusión de sus textos, que son verdaderamente apasionantes.
El ser humano, no elige nacer y nace en un mundo que no ha elegido.
Este hecho constitutivo de su origen, hacer nacer su derecho a la rebelión, a rebelarse contra aquellas condiciones que le generan dolor y sufrimiento, que atentan contra su libertad, y si este es el caso será porque esas condiciones contra las que se rebela son violadora de sus derecho esencial, el que está a la base de todos los derechos, como es la libertad.
Esa rebelión, sin embargo, puede tomar diversos caminos para expresarse.
Cuando el camino que elige es la violencia, termina legitimando la misma metodología de aquellos factores instalados en el sistema contra los que pretende luchar.
“No es con un enfoque violento de la violencia del que resultará la paz”, expresa Silo en uno de sus escritos.
Efectivamente, la violencia genera más violencia, en una espiral sin salida.
La violencia no tiene justificación, no hay violencia buena y violencia mala.
Hay violencia como metodología, con todas sus consecuencias, y hay no violencia también metodología , que conduce a consecuencias totalmente opuestas.
El Humanismo propicia la metodología de la no violencia.
Hablar de libertad, es hablar del ejercicio de los derechos humanos esenciales, el derecho a la vida, a la integridad física, a la expresión, a la alimentación, al trabajo, a la salud, en síntesis al desarrollo pleno del ser humano.
Esto, para no equivocarse, requiere pronunciarse acerca de la concepción del ser humano, porque es desde allí desde donde se derivan aquellos los derechos. Su enunciación no es en el aire, tiene sustento, y la concepción de lo humano, es para el humanismo la base de sustentación.
“Lo humano………………
Entonces volviendo a ese elementos esencial de lo humano que es la libertad. Si la libertad se ejerce accediendo a la salud, a la educación, al trabajo, a la libre expresión de ideas y creencias, es sobre todo ejercicio de la libertad para transformar una realidad social en permanente cambio y movimiento.
Una transformación creciente, habilitadora y superadora de dolor y sufrimiento.
Y entonces es desde esa acción que estaremos abriendo camino para que cada generación actual y futura pueda aportar lo mejor para la construcción de la realidad, y sobre todo para que pueda amar esa realidad que construye..
Mientras la libertad humana siga siendo el blanco al que le apunta un sistema opresor, deshumanizado, la violencia seguirá ocupando mucho espacio en
la vida de las personas, porque ese sistema también se expresa en
los sistemas educativos, económicos, etc.
Entonces el gran cambio táctico de gobiernos, poblaciones e individuos estará en no buscar la violencia, como salida.
Hay desgraciadamente, mucha vivencia de situaciones violentas y ya sabemos como se registra al interior nuestro, en las relaciones con otros, y aún leve la experiencia de la no-violencia como estilo de vida, como forma de relación humana, creo que cuando masivamente se acceda a esta experiencia el ser humano no la cambiará por ninguna otras.
Hoy está la experiencia incipiente individual y grupal, no de sociedades o poblaciones enteras.
El Humanismo considera que, sentada esta nueva condición, recién entonces podremos trazar una línea divisoria que deje definitivamente atrás la prehistoria humana.
Muchas gracias.
Lía Méndez expuso en la Escuela Superior de Comerio Carlos Pellegrini
La abogada humanista Lía Méndez participó del Segundo Encuentro por la Memoria, la Verdad y la Justicia organizado por la fundación Jóvenes por los Derechos Humanos. Le obsequió las Obras Completas de Silo al rector de la importante e histórica institución educativa de la Ciudad de Buenos Aires. Lía Méndez expuso sobre la visión humanista acerca del tema y el aporte de Silo.
Pressenza Buenos Aires, 3/27/11 El pasado miércoles 23 de marzo, en el marco del 35 aniversario del golpe de estado de 1976, la abogada y actual candidata humanista Lía Méndez participó de la jornada por la Memoria, la Verdad y la Justicia en el colegio Carlos Pellegrini.
Se realizó con el objetivo de impulsar la temática entre los más jóvenes. Del acto participaron el rector de la escuela, Jorge Fornasari, Lía Mendez y el presidente de la fundación que organizó, Gustavo Altieri.
Con un salón de actos colmado por estudiantes de primer y segundo año del secundario, Lía Méndez destacó en su intervención: “La violencia genera más violencia, en una espiral sin salida. La violencia no tiene justificación, no hay violencia buena y violencia mala. Hay violencia como metodología, con todas sus consecuencias, y hay no violencia también metodología , que conduce a consecuencias totalmente opuestas. El Humanismo propicia la metodología de la no violencia”.
La abogada humanista agregó: “Hay desgraciadamente mucha vivencia de situaciones violentas, sabemos cómo se registra al interior nuestro. Creo que cuando masivamente se acceda a la Experiencia de la no violencia al interior de cada uno, el ser humano no la cambiará por ninguna otra. Hoy está la experiencia incipiente individual y grupal, no de sociedades o poblaciones enteras”.
“El Humanismo considera que, sentada esta nueva condición, recién entonces podremos trazar una línea divisoria que deje definitivamente atrás la prehistoria humana”, concluyó.
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