El viernes 31 de mayo visité la penitenciaría de Olmos invitada por
la Fundación de la Merced (FUNDAMER), organización que participó del encuentro
inaugural de Diálogos en el Senado -
Ciclo 2013. Esta fundación se aplica al desarrollo de programas de tratamiento con los encarcelados para evitar la reincidencia criminal y disminuir la
violencia, programas que incluyen la capacitación
constante de voluntarios y agentes penitenciarios.
"Diálogos en el Senado" es un ciclo que si
bien tiene su asiento físico en las instalaciones del Senado de la Nación,
también suele trasladarse afuera como un modo de acercarse a las realidades que
se plantean dentro del espacio. Es así que hemos visi-tado poblaciones de localidades
importantes como Mar del Plata, Mendoza
y Concordia. O algunas más pequeñas como
San Justo en la pro-vincia de Entre Ríos. En esta opor-tunidad decidimos
ir a una población particular como es la que habita la penitenciaria de Olmos.
A decir verdad en el encuentro de Diálogos
pudimos conocer la acti-vidad que lleva adelante FUNDAMER. Decidimos entonces tomar contacto directo con esa experiencia de
tra-bajo. Durante cuatro horas recorrimos las insta-laciones, visitando internos de los dos pabellones donde
funciona el programa del que participan alrededor de 50 presos.
Tuve la posibilidad de conversar con ellos y
escuchar importantes y conmovedores testimonios sobre los cambios que muchos de
ellos expresan haber operado en su conducta. También asistí a una muestra de
arte, realizada por parte de los internos, quienes han formado un grupo musical
y nos dedicaron algunas canciones en reciprocidad con la visita que les
realizamos.
Todo se desarrolló en un tono muy amable donde
se hacía explícito el agradecimiento y aprecio que los internos manifestaban
hacia Juan Pablo Diez Ledezma, el promotor de esta iniciativa, quien me explicaba que todos
los programas se desarrollan en el marco
de "humanizar la pena" y coadyuvar a garantizar el pleno ejercicio de los
derechos humanos de los encarcelados.
Coincidió con mi visita la que en el
mismo momento realizaba la doctora Marquez, Jueza de Ejecución de Quilmes,
junto a una camada de jóvenes alumnos de la escuela penitenciaria. La
importancia de la formación en derechos humanos de los alumnos y la
capacitación permanente del personal penitenciario fue el tema de intercambio
que acompañó nuestro viaje de regreso.
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